martes, 11 de enero de 2011


 I Blame Coco.

- En ocasiones me sorprendo abrumándome ante aquello cuya exposición consideraba que no me provocaría agitación interior alguna. Me sorprendo cuando mi sentimiento es el mismo que el de todos aquellos a los que, previamente, he juzgado negativamente, porque mi interior es tan prejuicioso como el de ellos pero yo nunca he tenido el valor de exteriorizarlo. He querido engañarme. Es como si la conducta y pensamientos propios entraran en conflicto por una determinación y premisa errónea. Y hasta que la situación específica no se produce - originando un enfrentamiento entre conducta y pensamiento por quedar en entredicho esa idea errónea - no consigo percatarme de mis propios prejuicios y estereotipos más arraigados a la oscuridad interior.
- No vas a aceptarme, ¿verdad?
- Estoy sorprendido. 
- De acuerdo.
- No sé cuánto podrá durarme este estado de sorpresa. Lo siento.

2 comentarios:

  1. Creo que es algo que nos pasa a todos, juzgamos a los demás de juzgar erroneamente (en muchos casos) sin darnos cuenta de que nosotros hacemos lo mismo. Una gran entrada :) besazoss

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