viernes, 12 de febrero de 2010

La sonrisa encontrada.




Matthew Fox, la segunda mejor sonrisa del mundo.


    Al día siguiente fue él quien despertó sonriendo. Ella estaba en la cocina, engrasando su mandíbula con la aceitera.

- Creo que estaba equivocado. Tú eres quien me ha traído la felicidad a mí, y no al revés. No puedo evitar verte y sonreír de forma instintiva, antes tenía que pensarlo a conciencia para hacerlo.
- Toma – contestó acercándole la aceitera.
- Qué raro me siento…
- Es que he mezclado el aceite con tus pinturas. Así nuestras mandíbulas no chirriarán y no hará falta que nos pintemos las sonrisas nunca más.

    Sintió una necesidad de besarla, pero el aceite pintado que chorreaba por su rostro reprimió su deseo. No quería mancharla.

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