viernes, 31 de diciembre de 2010

2010 - Música.

Beach House - "Teen Dream" (Mi disco del año)




 1. Por saber mezclar en su sonido, de forma magistral, dos polos opuestos como son la melancolía y la luminosidad.
2. Por cosas como ésta: http://www.youtube.com/watch?v=iqA6Xh1rKmc
3. Y por saber hilvanar las canciones para que formen un todo completo con un final digno de disco del año.



Perfume Genius - "Learning" (Mi disco más sorprendente del año) 



1. Por la atmósfera siniestra, decadente y melancólica que rodea a las canciones.
2. Por el sonido sucio de casette pasado y desgastado usado para una propuesta del 2010.

Aquí se puede escuchar el disco entero: http://open.spotify.com/album/4JzLuZwSceTAKZtTxed5Pn



Nena Daconte - "Una mosca en el cristal" (Mi mayor decepción del año)


1. Por presentar un disco con una portada tan abominable y quedarse tan a gusto.
2. Por unas 12 nuevas canciones que no son más que un batiburrillo sonoro sin ningún tipo de consistencia y que pretendían ser comerciales y no se soportan ni en una primera escucha.
3. Por un single de presentación que tira por el suelo aquellos dos grandes singles de presentación de sus anteriores discos, haciéndonos olvidar la propuesta - al menos respetable - que el ya no "dúo" tenía antaño.



Christina Aguilera - "Bionic" (Mi mayor mierda del año)


1. Por intentar ir de moderna, cuando para eso ya está M.I.A., y no resultar más que una copia barata y pretenciosa de Lady Gaga.
2. Por tener una voz con unos registros bastante amplios y empeñarse en arruinar su carrera cantando nimiedades como una choni sin voz.
3. Por una letra tan obscena, desvergüenzada y de verdulerismo barato como la de "Desnúdate": http://open.spotify.com/track/2tU2Fj1usa8n57GQfDbahQ

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Nena Daconte - Una mosca en el cristal (2010) "la decepción del año"




    En el interior del libreto del primer disco de Nena Daconte aparece la frase de Amado Nervo "La mayor parte de los fracasos nos vienen por querer adelantar la hora de los éxitos". Así versaba la premisa que el dúo seleccionó para plamar su filosofía de vida y de trabajo, premisa que no era más que una clara alusión al paso por Operación Triunfo de Mai Meneses - compositora y vocalista de todas las canciones de Nena Daconte. Ahora el dúo ya no lo es y Kim - arreglista y productor de cada una de las canciones de Mai - ya no forma parte del proyecto por lo que Mai vuelve a estar sola, al igual que lo estaba por aquel 2002 - en el que duró apenas dos semanas dentro del concurso televisivo - ; por aquella época ella tenía sus canciones bajo el brazo y cierta "fama" (al menos por quienes la habían visto deambular por televisión) y, sobre todo, en su interior llevaba marcada esa filosofía de Armando Nervo; por lo que hasta 4 años después - cuando las canciones y el proyecto nena daconte fueron pensadas tranquilamente -  no volvió a aparecer.

    Pero esta alegato al no precipitarse parece no formar ya parte de la Nena Daconte solista. Por lo que Mai ha declarado estuvo bastante tiempo rumiando sobre si seguir en solitario o no, al final continuó puesto que todas las canciones anteriores estaban firmadas por su puño y letra pero, ¿el nuevo proyecto musical lo reflexionó como es debido? Lo que está claro es que Mai Meneses se ha precipitado sin considerar las consecuencias. Para la publicación del primer disco necesitó cuatro años, para este último solamente uno. 
 
    Todo lo que era Nena Daconte ha desaparecido. En primer lugar, y lo más llamativo es la duración global del disco. Los dos cds anteriores del dúo apenas pasaban los 30-40 minutos, en "Una mosca en el cristal" las canciones se extienden sin ningún tipo de consistencia. Los estribillos tienden a repetirse una y otra vez, incluso aparecen solos de guitarra que alargan la duración del tema. El "menos es más" del que tanto hablaban en las entrevistas ha desaparecido de un plumazo transformándose en un "más es menos".  Donde antes la voz de Mai guiaba la delicada y simple instrumentación de una o dos guitarras y algún adorno de viento ahora hay ruido de diversos instrumentos que hace que ni prestemos atención a lo que se dice.Y, por ello, por una desatinada producción la voz y letras de Mai pasan a un injusto segundo plano, cuando estos dos elementos eran lo más destacable de Nena Daconte, pues el minimalismo típico del dúo ya no existe. Algunas cosas que sobresalían antaño - como los instrumentos de viento y tarareos de las melodías - aparecen en algunos escasos momentos en este tercer disco pero en vez de llamar la atención se tornan como introducidas a la fuerza.

    En definitiva, un tercer disco que inicia una nueva etapa para el dúo mainstream que hacía las cosas más personales de la escena nacional, pero una nueva etapa demasiado frustrante. Una nueva etapa en la  que, por primera vez, y gracias - o por desgracia - a ella nos damos cuenta de la gran importancia que Kim tenía en el dúo para que las cosas saliesen bien. ¿Queda todavía algo salvable ahora mismo? sin ninguna duda la calidad compositiva de Mai Meneses que, como ya demostró con sus anteriores discos, puede dar buenos resultados siempre que esté bien orientada. Crucemos los dedos para que vuelva a reconducirse con o sin Kim (aunque sea para decidir algunas cosas como una portada bonita...)



viernes, 24 de diciembre de 2010

Las cigüeñas.

 
 Sufjan Stevens.

    " - Se ponen enfermas al ver al niño - confesó -. Los niños nacen con el cuerpo lleno de vello y sin ojos, ni orejas, ni narices. Sólo tienen una boca muy grande para mamar. Luego les van naciendo los ojos, y las orejas, y las narices y todo.
(...)
Y, entonces, pensaba en lo feo que debía de ser él nada más nacer, con todo el cuerpo cubierto de vello y sin ojos, ni orejas, ni narices, ni nada... Sólo una bocaza enorme y ávida para mamar. < Como un topo >, pensaba. Y el primer estremecimiento se transformaba al poco rato en una risa espasmódica y contagiosa."

Un fragmento de "El camino", de Miguel Delibes.

viernes, 17 de diciembre de 2010

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Kirsten Dunst & Ryan Gosling.

Te quiero tanto que si algún día me dijeras que no me quieres en tu vida tendría que correr a abrazarte para que se me pasara toda esa tristeza que tu ausencia me provocaría.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

El niño triste.

    
 These New Puritans.

    Esta es la historia del niño triste. El niño triste era pequeño, tan pequeño que si no fuera porque su tristeza lo invadía todo a su paso nadie se habría percatado de su presencia. Cuando parecía que ibas a pisarlo, porque estaba bajo tus piernas y no lo habías visto llegar, te topabas de frente con su mirada, esa con ese halo de melancolía tan característico que no podía ser de otra persona persona más que del niño triste, y entonces impregnaba toda tu visión y no podías mirar otra cosa que no fuese esa pequeñita silueta que se dirigía torpemente por cualquier calle, sin ningún destino concreto, con movimientos atolondrados y denostados.

- ¡Ey, niño triste!
- Señor, ¿por qué me llama niño triste?
- Porque eres un niño triste y tu nombre hace honor a esa característica.
- Yo no soy triste y, además, tengo un nombre. Un nombre verdadero.
- Niño triste, ¿cuál es ese nombre? 

    Pero el niño triste no pudo contestar, porque tenía la costumbre de no hablar con nadie y, por eso, al no usar su nombre había acabado olvidándolo. He olvidado mi nombre porque nadie me ha llamado nunca, qué triste estoy, se dijo, y corrió sin rumbo alguno. 

    El niño triste era pequeño, tan pequeño que su tristeza le dolía más que a una persona normal - o, mejor dicho, que a una persona más grande que él - . Y es que al tener un cuerpo tan pequeñito el dolor no tenía más remedio que apretarse para poder permanecer dentro de él. ¡Y cuánto dolía! porque si el niño triste hubiese sido un poquito más alto, o más ancho, el dolor habría podido expandirse y así habría sido más inocuo, pero el niño triste era tan pequeñito que se entristecía constantemente por tener que albergar tanta tristeza en un tamaño tan minúsculo.

    Yo no soy triste, se dijo. Y así, para demostrarlo, comenzó a jugar con los niños del parque. Niño triste, lanzas los dados como si fueran lágrimas. ¡Hacen el mismo ruído que un llanto y mojan el tablero!, le dijo uno de sus nuevos amigos. Y el niño triste lloró porque avanzar según la incertidumbre del azar de unos dados le pareció demasiado triste. ¡Nunca llegaré a la meta y quedaré encarcelado en este frustrante tablero!, chilló mientras lloraba inundándolo todo.

- Niño triste, si lloraras en un agujero podrías hacer un mar y así navegaríamos en mi barquito.

    Como el niño triste quería poseer amigos y no le apetecía más que llorar por esa necesidad que consideraba irracional lloró en el agujero que le indicó el niño del barquito. Lloró tanto que le dolieron los párpados y sus mejillas se enrojecieron del contacto con la sal de las lágrimas. Niño triste, llora un poquito más para que suba la marea, le dijo el niño del barquito mientras navegaban los dos sobre la pequeña embarcación. Pero el niño triste no podía hacerlo, pues había gastado todas las lágrimas que tenía almacenadas.

    El niño triste aprendió a reír. Y qué maravilloso era, porque nunca antes lo había hecho, ni siquiera cuando era más pequeño que ahora y lo llamaban bebé. Pero de tanto reír en el barquito se le olvidó que había derramado todas sus lágrimas y no había guardado ninguna, por lo que el mar acabó secándose. Niño triste, llora para que podamos navegar y reír, le dijo el niño del barquito muy preocupado por la sequía del mar. Y el niño triste se sintió tan vacío que habría podido tumbarse en la barquita y permanecer así hasta morir de inanición.

    El niño triste era pequeño, tan pequeñito que cuando se sentía vacío era como si su diminuto cuerpo no existiera. Como si ese tamaño tan enano fuese el culpable de su invisibilidad para el mundo. Soy tan pequeño que si no existiese a nadie le importaría, se decía. Y así fue como el niño triste dejó de ser triste, puesto que no tenía ni una lágrima para derramar y no podía llorar frente a todos los que le llamaban niño triste. ¿Quién es ese pequeño niño que siempre está con la mirada perdida?, preguntaban a veces los más curiosos. Ah, ese es el niño triste. Ah, no... ya no lo es porque no llora, contestaban. 

    El niño triste era pequeño, tan pequeño que cuando dejó de llorar la gente se olvidó de él. Una personita tan diminuta que no hacía nada de ruido era fácil de olvidar. Ya no está triste, pensaron todos, pero en realidad el niño triste lo era más que nunca. Quiero volver a llorar, quiero volver a sentir que hay algo vivo en mi interior, aunque no sea más que pena, se decía entre su perenne vacío...

lunes, 13 de diciembre de 2010

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 Scarlett Johansson.

Odio tanto mi vida que podría escupirle a la cara ahora mismo.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

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Trespassers William.

Ayer me preguntaron qué es lo que hago cuando estoy triste para dejar de estarlo.

Me ha puesto mucho más triste el no tener respuesta.

viernes, 3 de diciembre de 2010

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 Bat for lashes.

- No voy a volver jamás.
- ¿A dónde?
- A tu corazón.