sábado, 4 de septiembre de 2010

Florence + The Machine - "Lungs" (2009)




 Cuando Florence Welch irrumpió en la escena musical con “Kiss with a Fist” nada hacía presagiar que esa chica de piernas kilométricas con actitud rockera podría acabar convertida en una posible diva del indie pop. Después de aquella canción grabó su primer disco y consiguió, que con un solo single en sus manos, lograra sorprender a todo el mundo con los temas nuevos que nos ofrecía. En “Lung (2009)” nada quedaba de aquella lolita transgresora que con medias a rayas parecía una decente heredera de Chrissie Hynde de The Pretenders. 



  La portada del disco ya nos hace presagiar qué vamos a encontrar dentro, y es que es todo tan barroco como la imagen de la carátula. Florence + The Machine cambiaron las guitarras de aquel “Kiss with a Fist” por el piano, las panderetas, el arpa y los tambores. Por muchos tambores. Si una cosa caracteriza a su música son los tambores que golpean reiteradamente en tono apoteósico sobre los acompañamientos delicados de arpa y, sobre todo, la voz de su vocalista. Florence Welch tiene una voz potente, como su presencia en el escenario, con un timbre de mujer madura, duro, formado, con buenos agudos y que sin apenas esfuerzo consigue llegar a tonos altos y dejar sin aliento al público. Ese “Kiss with a Fist” lo incluyeron como quinto corte del disco mostrándose fuera de contexto del ambiente global. "Kisss..." sólo presenta cierta conexión con la canción que la prosigue “Girl With One Eye” y, es que esta última sin abandonar la línea del resto del álbum olvida la dinámica épica para introducir punzadas de guitarra eléctrica que bien podrían incluirse en un cedé más rockero.



    Quizás el mayor punto a favor de Florence + The Machine, ese barroquismo tan marcado, pueda llegar a ser también su talón de Aquiles pues, la sobrexplotación instrumental y vocal a la que en los 14 tracks de “Lung” nos exponen puede tornarse en demasiado agobiante o cargante en temas como “Rabbit Heart (Raise It Up)”. Si te gusta lo minimalista, calmado, delicado y sin estridencias esta no es tu banda y, mucho menos, el disco de tu vida. El álbum se abre con “Dogs Days Are Over”, tal vez la canción más conseguida de todo el disco, con esos cambios de subidas y bajadas en las que arpa, voz y tambores se entremezclan consiguiendo el sonido único que la banda inglesa explota allá por donde han presentado su propuesta. Sonido que llega a su culmen en el último single extraído, definitivamente (y es que fueron seis), de, hasta la fecha, su último cedé: la vibrante y embriagadora “Cosmic Love”. Además, en la reedición del álbum también tienen cabida para momentos de pequeña locura; como si de una desatada Regina Spektor se tratara en "Bird Song" pasan del tono más épico y operístico a las guitarras y tambores más desquiciantes en escasos segundos para concluir en una atmósfera de sonidos vibrantes entremezclados.



    Poco a poco, con su cabellera roja, su imagen inquietante, su pose de estrella del pop y su voz personal, Florence Welch está creciendo para transformarse en una de las grandes divas del mundo de la música, tal y como demuestra en el videoclip de “You’ve Got The Love” postrada con altanería y elegancia en una luna interpretando a un público que la admira bajo sus pies. Bonito trofeo para una chica que, según cuentan, fue descubierta cantando en unos cuartos de baño públicos (“la acústica de los cuartos de baño es impresionante”, afirmó en una entrevista), que enseñó sus braguitas rojas en una canción guitarrera y formó una banda que aun con un arpa como instrumento principal sonaba demasiado moderna.


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