lunes, 12 de julio de 2010

Plumas.


 Johanna Newsom.



    Después de bañarse volvió a ser una persona. Más alta, esbelta y adulta, pero una humana de nuevo y no un pájaro, como lo había sido durante el año anterior.

- ¿Y esas plumas que tenías?, ¿por qué las llevabas?
- Las necesitaba para volar.
- Pero, ¿de dónde salieron?
- Nacieron por todo mi cuerpo.
- ¡Pero eso es una locura!, ¿cómo van a nacerte plumas?
- Los pájaros me dijeron que si quería volar necesitaba plumas, así que me crecieron... Al principio me pegué unas cuantas con saliva, se las robé a las gallinas del corral, y cogí carrerilla y , con impulso, eché a volar. Después fueron reproduciéndose poco a poco.
- ¡Vaya sacrilegio! una niña transformada en ave y posándose en lo alto del campanario. ¡Y con esa suciedad encima!, ¿no se te ocurrió venir directamente a casa?, ¡eres una desvergonzada y, encima,  te ha visto medio pueblo mugrienta y emplumada!
- No podía aterrizar en esta casa, el tejado es muy pequeño y, sobre todo, muy bajo. Estaba acostumbrada a moverme en las alturas. ¿Por qué crees que las cigüeñas siempre están en los campanarios? es una cuestión práctica...
- No lo sé. Sólo sé que quiero hacer un colchón con todas esas plumas.
- ¿Piensas acostarte sobre partes de mi cuerpo?
- Pienso hacer un colchón mullido.
- Pero no voy a permitir que hagas un colchón con mis plumas. ¿Acaso harías tú uno con tus pies y brazos?
- ¡¿Pero qué estupideces te han enseñado esos pájaros?!, ¡vuelve al campanario y tírate desde lo alto sin ninguna pluma!
- Los pájaros no hablan, simplemente puedes volar y observarlo todo en silencio.
- ¿Y a qué viene eso ahora?
- Me alegro de verte, hermana.



Hole - "Malibu"

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